A medida que Internet ha ido formando parte de nuestras vidas, las redes sociales y las plataformas online se han convertido en las semillas de la generación del conocimiento en el siglo XXI. Más allá del impacto que dichas plataformas han tenido en el comportamiento social, también han facilitado la aparición y el desarrollo de un movimiento de desarrolladores o makers. Estos makers participan en el desarrollo de prototipos y soluciones tecnológicas que responden a necesidades (sociales) para las cuales no existen soluciones en el mercado. A pesar de que el movimiento maker surge en el ámbito del software, uno de los ámbitos en los que el movimiento maker ha tenido un mayor impacto en los últimos años es el de la salud. Los makers han recibido una gran atención durante las últimas semanas, y en especial desde que el pasado 20 de marzo de 2020, debido al contexto de alarma sanitaria creado por la pandemia del Covid-19, la Comisión Europea abriera los estándares para suministros médicos, por lo que cualquier persona, empresa u organización con soluciones de impresión 3D podría ayudar “a su país, con urgencia, solidaridad y audacia”.
Fuente: https://www.raspberrypi.org/blog/artificial-raspberry-pi-pancreas/
En el ámbito sanitario se observa desde hace unos años una transición según la cual los pacientes han cambiado sus roles de ser beneficiarios “pasivos” de los servicios ofrecidos por los sistemas de salud a convertirse en impulsores y promotores “activos” de soluciones innovadoras. En efecto, las innovaciones desarrolladas por los makers al margen de los conductos oficiales han sido diseminados en redes sociales bajo el axioma #wearenotwaiting. Cuando los productos y tecnologías disponibles comercialmente no satisfacen las necesidades de los pacientes, estos tienen un problema (más). El hecho de que los pacientes dispongan de medios que les permiten mejorar su condición, más allá de las soluciones oficiales proporcionadas por los sistemas de salud, ha llevado al establecimiento de comunidades globales de pacientes y de makers que han promovido el desarrollo de nuevas tecnologías, y que eventualmente, han llevado a la introducción de productos innovadores en varios segmentos del mercado, con sus consiguientes mejoras en la salud y el bienestar social.
Fuente: https://www.healthline.com/diabetesmine/artificial-pancreas-what-you-should-know#1
En un proyecto de investigación desarrollado en Deusto Business School hemos querido analizar cuáles son las motivaciones que tienen los makers para participar en proyectos relacionados con el ámbito sanitario. Para ello, hemos elaborado una página web en la que contactamos a varios tipos de agentes: 1) makers; 2) médicos; 3) gestores de política pública; y 4) empresas del ámbito sanitario. Con ello, además de conocer las motivaciones individuales, también hemos querido identificar aquellas fuentes de conocimiento empleadas en la generación de estas innovaciones “en abierto” (debido al código libre con el que se desarrollan), los medios a través de los cuales se comparte el nuevo conocimiento desarrollado en dichas comunidades, y los mecanismos empleados para que sus innovaciones lleguen a los pacientes.
El proyecto se ha centrado en analizar tres iniciativas en las que los makers han servido como catalizadores de la innovación en el ámbito sanitario. La primera consiste en el desarrollo de dispositivos de monitorización de la glucosa y en el desarrollo de un páncreas artificial, basándose en algoritmos predictivos que predicen el comportamiento (diabético) del paciente. La segunda pretende paliar los efectos (económicos) adversos que soportan millones de pacientes de diabetes debido a la colosal inflación que ha sufrido la insulina en los últimos 20 años, y que hace que ésta haya pasado a ser inasequible en muchas comunidades. Para ello, se han emprendido iniciativas de biohacking con el objetivo de decodificar la insulina y desarrollar un producto que sea similar en sus funciones, pero a precios asequibles. En tercer lugar, analizamos el impacto repentino y dramático que la pandemia del Covid-19 ha tenido sobre la demanda de ciertos artículos quirúrgicos, como máscaras faciales, inhaladores, guantes, batas de hospital, etc.
Nuestros resultados evidencian que en los tres casos la motivación principal para participar en estos proyectos es la solidaridad, ya que los makers consideran que disponen de un conocimiento que les permite responder a necesidades sociales, y del que otro tipo de pacientes carecen. Del mismo modo, la clave para la generación de innovaciones en los tres casos es la necesidad, bien sea la necesidad de mejorar el estado de la tecnología, la necesidad de desarrollar un producto más barato, o la necesidad de abastecer al sistema de salud con productos que actualmente no existen o no están disponibles por la saturación del mercado. En segundo lugar, se destaca la capacidad de poder actuar con rapidez en situaciones de emergencia (sanitaria), ya que las inercias derivadas de la burocratización a la que están sometidas las instituciones oficiales impiden dicha capacidad de adaptación y de anticipación. A pesar de que se reconoce que los makers, al no pretender lucrarse con productos que lleguen al mercado, no están sometidos a las regulaciones y restricciones de la industria sanitaria, también se apunta a que el hecho de que las soluciones desarrolladas sean siempre “en código abierto” facilita el que se puedan plantear nuevas soluciones y mejorarlas de manera continua, lo que promueve la innovación de manera continua, sistemática y sistémica. En tercer lugar, y como era de esperar, la totalidad de las personas consultadas reconocen que la cooperación es clave para el éxito de las innovaciones, ya que la multidisciplinariedad es primordial para poder ofrecer soluciones efectivas. De este modo, programadores de software, ingenieros, endocrinos, epidemiólogos, cardiólogos, anestesiólogos, etc. intercambian conocimiento.
Es precisamente en el modo en que se intercambia y se facilita el acceso al conocimiento donde queremos hacer aquí un mayor énfasis, si es que aspiramos a impulsar que la ciencia también llegue a mejorar su eficacia y a maximizar su alcance, para lograr así una sociedad del conocimiento, tal y como reza la misión de Jakiunde. Las comunidades consultadas no recurren a artículos científicos para acceder o compartir conocimiento científico, sino a información disponible en plataformas de makers, blogs, webs especializadas, foros de desarrolladores y redes sociales. Del mismo modo que los académicos acudimos a conferencias en las que intercambiamos el conocimiento con nuestros colegas y recibimos su feedback, las comunidades makers se comunican a través de videoconferencias y aplicaciones de mensajería instantánea. Son varias las conferencias internacionales, en numerosas disciplinas, que ya han indicado que valorarán la posibilidad de organizar online las siguientes ediciones, para poder reducir así la huella ecológica. Creo que más allá del impacto de los makers en el ámbito sanitario, en Jakiunde también podemos aprender de su experiencia a la hora de intercambiar conocimiento y de hacerlo llegar a la sociedad. Y es que, al igual que ellos, nuestra razón de ser también se fundamenta en la solidaridad, en la capacidad de ayudar a las instituciones oficiales a tomar decisiones en contextos de incertidumbre, y en la necesidad de mejorar el conocimiento.
Jon Mikel Zabala-Iturriagagoitia
Deusto Business School, Universidad de Deusto, Donostia-San Sebastián