PONLE CARA A LA ACROMEGALIA/GIGANTISMO. Conferencia Jakin-mina

La acromegalia es una enfermedad producida por una secreción excesiva de hormona de crecimiento, una vez que el crecimiento ha finalizado (acromegalia); cuando ocurre en niños y adolescentes la enfermedad es más visible y se llama gigantismo. En la mayoría de los casos se debe a un tumor hipofisario benigno y, en ocasiones, puede formar parte de un síndrome hereditario, especialmente en edades más jóvenes. Su prevalencia es de 60 casos por millón de habitantes y se considera una enfermedad rara (menos de 5 casos por 10.000 habitantes).

Produce cambios en el aspecto físico (rasgos faciales, crecimiento de manos y pies), alteraciones osteoarticulares, apnea obstructiva del sueño, síndrome del túnel carpiano, diabetes, hipertensión, miocardiopatía, etc. La mortalidad es superior a la de la población general de igual edad y sexo. Un diagnóstico y tratamiento temprano puede controlar los niveles de hormona de crecimiento y reduce tanto la mortalidad como las comorbilidades asociadas.

El retraso en el diagnóstico se estima entre los 5 y 8 años desde el primer síntoma de sospecha. Es por ello que debemos ponerle cara a la acromegalia, en un intento de reducir el tiempo de exposición a la hormona de crecimiento y por tanto, la mortalidad y morbilidad asociada, así como mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad.

Pie de foto: El actor Eneko Sagardoy en el papel de Miguel Joaquín Eleizegui Arteaga (Altzo, Gipuzkoa, 1818-1861), en la película “Handia” sobre el Gigante de Altzo. Talla: 2,42m; calzado nº 63 en el Museo San Telmo de Donostia-San Sebastián.

 

¿CSI o Criminología? Los criminólogos del siglo XXI

Alimentada particularmente por determinadas series televisivas como el “CSI:”, se identifica hoy la profesión criminológica con los especialistas en el análisis de la escena del crimen: profesionales que se enfrentan a un caso concreto con objeto de esclarecer lo sucedido mediante el examen de restos e indicios, y aplicando técnicas sofisticadas, hasta muy avanzadas y espectaculares en el plano experimental.

Ciertamente, la labor de las ciencias forenses, de la criminalística o de la policía científica resulta fundamental para la Administración de justicia: sin ellas difícilmente se puede llevar a juicio a los autores de los delitos más graves y hacer justicia. Sin embargo como insistiera Antonio Beristain, fundador del Instituto Vasco de Criminología (que celebra este Curso su 40 aniversario), el cometido de la Criminología va mucho más allá: se trata de dar respuesta a las demandas sociales sobre la criminalidad y sus efectos.

En nuestras sociedades complejas, la ciudadanía quiere, naturalmente, que los delitos se persigan y se juzguen. Pero, la exigencia ciudadana a los poderes públicos respecto de la criminalidad no se conforma con lo anterior: percibida como un factor generador de alta inseguridad, se reclama también, y no pocas veces en primer lugar, una prevención eficaz. Ahora bien, para intervenir adecuadamente sobre cualquier realidad compleja como es esta, primero hay que conocerla lo mejor posible. Partiendo del análisis de los hechos concretos y de las personas intervinientes (y de los entornos sociales en los que se inscriben), la Criminología busca conocer esa realidad criminal que se resiste a ser estudiada: no sólo debido a la importancia de la cifra negra (volumen de criminalidad que permanece oculto, hasta para la policía), sino hasta por la insuficiente información institucional disponible. Y, como ciencia empírica, aporta las herramientas necesarias para prevenir y tratar la criminalidad en los distintos planos en que esta se presenta.

  • Así, el análisis de los hechos o delitos concretos, cometidos por ciertos individuos en lugares definidos (un barrio, junto a una estación de metro, de tren…) permite construir estrategias de prevención situacional.
  • Por su parte, el estudio de la relación de la delincuencia con determinados contextos o problemas sociales lleva a promover otro tipo de actuaciones preventivas de carácter más general, aunque igualmente necesarias.
  • Además, muchos fenómenos criminales requieren un análisis y tratamiento específico y separado; por poner dos ejemplos, desgraciadamente, de la mayor actualidad: no son lo mismo, ni requieren idéntico abordaje, la violencia de género, la corrupción…
  • Con similar propósito preventivo y de defensa de la sociedad, se preocupa la Criminología de la apropiada intervención (en lo posible, resocializadora) sobre el delincuente.
  • Por último, y no precisamente en importancia, la Criminología no olvida a las víctimas de los hechos criminales, tan necesitadas de asistencia y reparación…

El campo de intervención criminológica abarca, pues, desde la prevención del delito y la criminalidad hasta el tratamiento del delincuente y la asistencia y reparación de las víctimas (y de la sociedad), e incluye también la evaluación de los costes y efectos de las estrategias y programas de intervención, de las penas aplicadas y, en general, de los procesos de criminalización y de victimización. En este amplio marco, la Criminología se presenta como un conocimiento socialmente valioso, al desarrollar el arsenal teórico, metodológico y práctico imprescindible para medir y abordar de manera inteligente, efectiva y justa la realidad criminológica, formulando, junto a hipótesis explicativas de la misma, propuestas preventivas, restaurativas, terapéuticas… Este es el cometido de la tarea profesional y de la investigación criminológica que, por su propia naturaleza, presuponen un intenso trabajo colaborativo, en equipo, para entender e integrar las aportaciones procedentes de otras perspectivas (sociológicas, jurídicas, psicológicas, médicas,…) que se interesan por aspectos particulares de la criminalidad. Sólo así es posible contar con la información imprescindible para que las decisionesconcernientes a la prevención del delito, el tratamiento del delincuente y la restauración de las víctimas tanto las políticas, legislativas, gubernamentales o municipales, como las referidas a un caso individualno se adopten ciegamente o de modo apriorístico, en razón de opciones ideológicas, impresiones o prejuicios, sino seria y racionalmente: esto es, a partir del conocimiento disponible sobre datos procedentes de la realidad.

El cambio de siglo ha traído una transformación radical del profesional criminólogo. Tradicionalmente predominó el “criminólogo funcionario”, dependiente del Ministerio de Interior, de Justicia, de la Administración penitenciaria. Hoy los “nuevos criminólogos” despliegan también su actividad mediante el ejercicio libre de la profesión a través de la consultoría privada o prestando servicios especializados en instancias múltiples. Y es que, al lado de los tradicionales informes criminológicos en asuntos relacionados con la seguridad pública y la administración de justicia o penitenciaria, son tantas las necesidades de conocimiento criminológico…; pensemos en la prevención local y comunitaria de la delincuencia, en el “nuevo” espacio victimológico; o en la ejecución de las nuevas sanciones penales (como el trabajo en beneficio de la comunidad) que no pocas veces demandan el diseño e implementación de programas a proponer a las correspondientes instituciones; y en las empresas y entidades, que pueden quedar exentas de responsabilidad criminal si cuentan con programas de cumplimiento, elaborados sobre auditorías criminológicas… Se subraya asimismo, y cada vez más, el papel del profesional criminólogo en el mundo de la comunicación, que tanto influye en nuestra percepción de la (in)seguridad, así como en la educación, por la positiva contribución que los programas criminológicos preventivos y restaurativos aportan en el aprendizaje de la prevención de conductas violentas (y, en general, de los conflictos) entre menores y jóvenes.

Como sucede con las profesiones “nuevas”, otros profesionales asumen todavía unas intervenciones que competen propiamente a los formados en Criminología. Ahora bien, la competencia y buen hacer de los nuevos criminólogos, pondrá pronto de relieve lo indispensable de los estudios en Criminología para la adquisición de los conocimientos y aptitudes requeridos para estas tareas profesionales, tan relevantes y específicas. Se hará entonces realidad el sueño premonitorio de Sherman (1998), para quien, en este siglo XXI, la penetración de la Criminología en la vida cotidiana llevará a la colaboración de los criminólogos con las más variadas instancias y agentes, institucionales, sociales, económicos…

Conferencia Jakin-mina: La aventura de los instrumentos musicales

El ser humano comenzó a experimentar el sonido con su propio organismo, ya sea mediante el canto, el silbido o la percusión corporal. Cuando fue desarrollando herramientas para ayudarse en diversas acciones, ideó asimismo artefactos para producir sonido de manera externa y estos son los instrumentos musicales. Así, descubrió las posibilidades acústicas de cuerdas y membranas tensas, de objetos rígidos entrechocados o de tubos y cavidades sonoras puestas en resonancia. De ahí fueron derivando las familias instrumentales actuales: de cuerda, de viento, de membrana o de elementos rígidos, llamados modernamente idiófonos; las dos últimas conforman la familia tradicional de la percusión.

La utilidad primordial de los primeros instrumentos se concibió de manera más funcional que artística. Por ejemplo, algunos fueron diseñados para la emisión de señales de aviso, práctica habitual en el uso militar de los instrumentos de embocadura o tipo trompeta. En otras ocasiones, pese a sus posibilidades sonoras, su uso estaba subordinado a una finalidad ritual, como parece ser el caso de las liras bovinas del milenio III a.C. encontradas en Mesopotamia, en las Tumbas Reales de Ur, de las que La Figura 1 muestra un ejemplo.

Figura 1. Lira bovina sumeria reconstruida (c.2600 a.C., The British Museum, Londres)

En lo que respecta a los instrumentos europeos, no es hasta el s.XVI cuando podemos hacernos una idea más precisa de sus posibilidades sonoras. Ello se debe a la escasez de ejemplares conservados con anterioridad y de partituras con indicaciones detalladas de su ejecución. Así, incluso la música instrumental medieval la conocemos por medio de aproximaciones. Es a partir de ese momento cuando se ha ido definiendo la tradición occidental, con composiciones para instrumentos solistas, grupos de cámara, orquesta y conjuntos diversos que han conformado el repertorio. El célebre cuadro de Caravaggio de la Figura 2 muestra diversos instrumentos característicos de esta tradición occidental: el laúd, el violín, la flauta de pico y el pequeño clave (espineta).

Figura 2. Michelangelo Merisi da CARAVAGGIO (1571-1610): El tocador de laúd (c.1596, Wildenstein Collection, NY)

No obstante, la aventura de los instrumentos musicales no se ha quedado solo en estos logros excelsos, sino que a ellos es oportuno añadir el refinamiento sonoro alcanzado en culturas como Irán, India o China. Por otra parte, no hay que olvidar el extraordinario desarrollo del canto, el instrumento natural del ser humano, practicado en todo el mundo en innumerables variedades de estilo. De todas ellas, el canto lírico es para Europa el más representativo, caracterizado por el uso de resonadores naturales para lograr una proyección sonora capaz de llenar un teatro.

Esta sucinta mención histórica es preciso concluirla con al menos una mera mención a los instrumentos electrófonos. Llevan ya décadas de desarrollo y, sin duda, van a constituir las herramientas primordiales para la generación de sonido en el futuro.

Polímeros, Materiales y otros temas. 1-. Introducción

No cabe duda de que los polímeros o plásticos, en el lenguaje más tecnológico o común, han llegado a ocupar un puesto importante en nuestra sociedad. En la actualidad, los polímeros se han hecho indispensables en campos tan diversos como la salud, el transporte, la construcción, el deporte, la agricultura o la energía. Entre sus contribuciones más recientes están las pantallas flexibles, las membranas poliméricas para plantas potabilizadoras, polímeros compuestos para aviación, polímeros en el arte, polímeros en biomedicina, fibras sintéticas poliméricas para ropa deportiva, solo por citar algunos ejemplos y sin citar marcas conocidas del mercado. Hoy en día, su consumo es de alrededor de 100 kg/habitante/año y representan cerca del 3% del PIB. A nivel mundial, el que haya un mercado tan importante se pone de manifiesto por el gran número de ferias específicas, como la Feria “K”  de Dusseldorf, dedicada a los plásticos y caucho, de carácter trianual. A título comparativo, en el año 2016 contó con 232.000 visitantes profesionales, mientras que el Mobile World Congress en Barcelona, el número de visitantes fue de 101.000.

A nivel científico, desde los descubrimientos de Hermann Staundinger en la síntesis de polímeros (denominados inicialmente macromoléculas), pasando por las investigaciones que condujeron al conocimiento de los principios fundamentales que gobiernan la formación, estructura y comportamiento de los polímeros “mas comerciales”, hasta el desarrollo de sus aplicaciones, en el campo de los polímeros ha habido contribuciones científicas tan relevantes que han conducido a la consecución de 5 Premios Nobel en “Polímeros”, el primero en 1953 a Hermann Staudinger. Desde sus comienzos, la actividad investigadora a nivel mundial ha sido extraordinaria. Uno de los principales indicadores de su importancia es el alto número de revistas especializadas, más de 100,  y su alta calidad. Un ejemplo es la revista Progress in Polymer Science con un factor de impacto (IF) de 25, 8.

Debido a sus características intrínsecas, bajo precio, abundancia de materias primas, más ligeros que otros materiales, fácil fabricación y transformación, capacidad para integrar otros materiales, bajo consumo energético, etc. y del relativo profundo conocimiento que se tiene de ellos, el crecimiento de los polímeros sigue aumentado, aproximadamente un 6,5% anual, dependiendo de si es un país desarrollado o en vías de serlo. Tres son los campos en los que se espera una gran demanda de polímeros en el futuro, como Materiales Compuestos, Biomateriales y en Nanotecnologia (ver Figura). En sucesivas entradas, desarrollaré un poco más cada uno de estos campos. En el horizonte no parece que haya ningún material que cumpla todas las especificaciones anteriores y que le pueda hacer la competencia por lo que no se prevé cambios de crecimiento importantes que no sean puntuales. No cabe duda de que, precisamente, por el gran consumo de plásticos, existe una gran acumulación de los mismos que daña nuestro Planeta por lo que hay que pensar y “actuar” sobre el uso racional de los mismos y su reciclado. Merece la pena recordar que “microplásticos”  ha sido el término más empleado en el año 2018, a nivel mundial. Otro día, hablaremos de ellos.

A nivel de conocimiento científico, por su gran complejidad estructural, todavía no hay una teoría general que prediga el comportamiento de un polímero en función de su estructura. Se necesitan modelos “realistas” que simulen la estructura y las propiedades de una macromolécula y técnicas muy sofisticadas que permitan profundizar en el conocimiento de la estructura de los mismos. Fenómenos como la adhesión, la dinámica molecular o el comportamiento reológico, de incluso los polímeros más sencillos, están lejos de poder ser interpretados y constituyen retos importantes.

En comparación con los materiales metálicos o cerámicos, la ciencia y tecnología de los polímeros es mucho más reciente. A nivel mundial, este año se cumple un siglo de la aparición de los primeros plásticos, las bakelitas. Las primeras fábricas de plásticos y caucho que se instalaron fueron la Seda de Barcelona (1925) y en el País Vasco las multinacionales Firestone (1932), Michelin (1934), Unquinesa (1939);  luego denominada Dow-Unquinesa; Solvay (1949), Ceplástica (1950), REPOSA (1955), FORMICA (1964). Desde entonces, se han creado numerosas industrias de producción y transformación de plásticos y se han instalado numerosas multinacionales llegando a concentrar casi el 50% de la industria química de nuestro país.

A nivel científico, hace aproximadamente 70 años se creó el primer departamento dedicado al estudio de los plásticos dentro del Instituto de Química Alonso Barba del CSIC, en Madrid. Desde entonces se han creado dos grandes centros de investigación específicos de Polímeros, en el País Vasco y en Madrid, y muchos grupos  de investigación en prácticamente todas las facultades y escuelas de ingeniería repartidas por toda la geografía española, dedicados exclusivamente a la ciencia de los polímeros, desde el estudio de la síntesis de nuevos polímeros, hasta la transformación de los mismos. Es una realidad que la Comunidad Vasca ha sido y es pionera en el desarrollo tecnológico de nuevos materiales y de materiales más convencionales como el hierro, el acero, los plásticos, etc., y que cuenta con numerosos científicos y profesionales reconocidos a nivel internacional. Además, no cabe duda de que los desarrollos científico-tecnológicos en polímeros y en nuevos materiales en general,  generan una considerable producción científica y se pueden considerar una fuente de progreso económico y social, en continua competencia otras comunidades y otros países. Por ello, parece lógico pensar que si el País Vasco quiere mantener el liderazgo del desarrollo industrial y de los avances científicos en el campo de los polímeros y de los nuevos materiales, surja el siguiente desafío: ¿cómo competir por mantener el liderazgo en el desarrollo de nuevos materiales? Hay muchas vías para conseguirlo, seguiremos hablando en posteriores entradas.

 

Jakiunde / Zientzia, Arte eta Letren Akademia
Miramar Jauregia Miraconcha 48
Donostia-San Sebastián
Gipuzkoa - Spain
T. (+34) 943 225 773
akademia@jakiunde.eus

© Jakiunde. Todos los derechos reservados
Aviso Legal · Cookies