Conferencia Jakin Mina: La ética, una realidad cotidiana

Se oye hablar mucho de ética. Con frecuencia, sin embargo, la palabra aparece en contextos problemáticos y negativos, por ejemplo, cuando se menciona la ausencia de ética en el espacio público, o se presentan los retos éticos asociados al progreso científico y tecnológico con un sesgo amenazador, por ejemplo, en el ámbito de la medicina o la robótica. Como tantas otras realidades, la dimensión ética de nuestra vida se nos hace patente sobre todo cuando falta, o cuando se plantean interrogantes nuevos, que requieren especial discernimiento. Ocurre algo parecido con la salud: la valoramos especialmente cuando la perdemos, o cuando parece amenazada por alguna crisis; mientras la tenemos apenas pensamos en ella. 

En esta sesión, sin embargo, he tratado de llamar la atención sobre la presencia silenciosa de la ética en nuestra vida cotidiana, mostrando cómo se abre paso en nuestros sentimientos y en nuestras reflexiones y deliberaciones ordinarias, que realizamos siempre a la luz de una idea más o menos explícita de en qué consiste el bien humano, y que podemos revisar críticamente en sede filosófica.

Para articular estas ideas he comenzado mostrando que los sentimientos son portadores de valoraciones que constituyen un punto de partida necesario, aunque insuficiente, para orientarnos éticamente. En efecto: Los sentimientos no solo nos descubren aspectos valiosos de la realidad: también nos disponen favorable o desfavorablemente hacia ellos. Sin embargo, con frecuencia, nos ofrecen una visión muy parcial de la realidad.  Si nos guiáramos solo por ellos fácilmente seríamos parciales en nuestras apreciaciones sobre personas y situaciones. Además, se trata de disposiciones inestables: todos tenemos experiencia de lo mutables que son los sentimientos, incluso cuando nos movemos en el ámbito de temples de ánimo definidos, algo más estables. Por ello procuramos no actuar simplemente llevados por impulso o por un particular estado de ánimo; tratamos de tomar distancia, recabar la información necesaria antes de tomar una resolución… tratamos de obrar con prudencia, con sabiduría práctica.  

Este comportamiento es indicativo de que para acertar con la respuesta más adecuada en la práctica no basta con identificar el valor del que es portador el sentimiento, sino que resulta preciso ubicarlo en un contexto más amplio, donde reconocemos muchos otros bienes en juego: acertar supone ampliar el marco de nuestras deliberaciones, de forma que seamos capaces de proyectar y realizar un curso de acción respetuoso de todos ellos, en último término, respetuoso con las personas afectadas por esa acción. A esto llamamos “obrar conforme a la razón”, pero no una razón mecánica o inerte, sino una razón personal, viva y dinámica, que se nutre de la experiencia y se perfecciona en la práctica. 

Nos damos cuenta, sin embargo, que este obrar prudente no se improvisa. Muchas personas se indignan ante las injusticias. Sin embargo, no basta experimentar indignación ante las injusticias para responder como lo haría una persona justa, valiente, templada, etc. Para esto es preciso convertir ese valor en un principio de acción consistente, que pueda guiar nuestras deliberaciones de forma flexible en distintas situaciones. Es preciso convertir aquel principio en un hábito, una disposición estable a actuar de forma consistente con la justicia, la valentía, etc… A diferencia de los sentimientos, los hábitos son disposiciones conductuales estables. Sin embargo, hay una diferencia importante entre los hábitos y las respuestas instintivas o las fijaciones: decía Aristóteles que los hábitos no son simples respuestas “naturales”, ni tampoco son contrarios a nuestra naturaleza: más bien, ellos muestran que nuestra dotación natural, nuestros deseos, apetitos y pasiones son permeables a razones. 

Es característico de Aristóteles el enmarcar su reflexión ética en una reflexión más amplia sobre el bien humano, sobre lo que los griegos llamaban eudaimonia y que nos hemos acostumbrado a traducir como felicidad, pues para él, los deseos de un ser racional, por concretos que sean, no son sino expresión de un deseo más radical de felicidad. Tal y como él la entiende, la ética tiene mucho que ver con arrojar claridad sobre este deseo, y acertar con el modo de vivir más adecuado para realizarlo. Por ello comienza su ética con una reflexión sobre el bien y un bosquejo de sus líneas principales. Visto desde la práctica, sin embargo, la realización de dicho bien requiere en todo caso del cultivo de hábitos como de uno de sus pilares, ya que sin hábitos es difícil juzgar y reflexionar certeramente no ya acerca de una situación u otra, sino acerca de la orientación de la vida en general. El hombre bueno, para Aristóteles, sabe “ver la verdad en todas las cosas”.

Un autor como Kant, con un planteamiento de la ética muy distinto, ha contribuido poderosamente, sin embargo, a llamar la atención sobre la profundidad del bien humano, mostrando de qué modo se encuentra comprometido en todas nuestras acciones. A Kant le interesa “aislar” la cuestión particular de la moralidad de las acciones de la cuestión más general de cuál sea la vida feliz. Pero precisamente por ello, con una de las formulaciones del imperativo categórico, ha logrado expresar con singular nitidez una dimensión esencial del bien: “trata la humanidad en ti mismo y en los demás siempre como fin y nunca solo como medio”. Dice “solo” porque de hecho la vida social supone entablar relaciones en las que unos somos medios para otros: por ello lo que se excluye es el tratarse solo como medios, algo que se alcanza en tanto nos tratamos con respeto y con justicia.

La ética es una realidad cotidiana porque cotidianamente nos vemos apremiados a actuar, pero la actuación acertada, que respeta los bienes en juego y, sobre todo, la dignidad propia y ajena, no se improvisa. Exige de nosotros reflexión: reflexión sobre nuestro contexto y reflexión sobre la naturaleza de ese bien que, por ser conforme a la razón, conecta de fondo con nuestros deseos más profundos: los deseos de un ser racional, que quiere vivir en la verdad y tratar a sus semejantes con justicia

«Ciencia y cocina. El encuentro entre ambas disciplinas»

 Si bien la química siempre ha estado presente en la gastronomía, la corriente CIENCIA Y COCINA se halla en plena efervescencia, en un sector en el que en los últimos años se persigue prácticamente todo: nuevos conceptos, técnicas, experiencias, contrastes… e incluso polémica. Y es que el uso de la ciencia y la tecnología en la cocina también encuentra sus detractores. Las cosas no salen bien por casualidad y un mal uso de estas herramientas puede traer fatales consecuencias para el mal cocinero… 

En esta ponencia: “Ciencia y cocina: El encuentro entre ambas disciplinas” se quiere transmitir como, en este esfuerzo conjunto, en la ilusión y trabajo experto es donde ocurre la magia. Aquí, en esta aplicación del conocimiento científico en el desarrollo de nuevos productos gastronómicos. Y es que la ciencia se está convirtiendo en una poderosa herramienta para los principales cocineros del mundo, en tanto a través de ella se están consiguiendo novedosas formas de expresión en sus preparaciones. 

De la idea del chef, al plato. Se expondrá como el conocimiento y la metodología científica se integran en la idea creativa del chef para finalmente ofrecer al comensal nuevas sorpresas gastronómicas. Estudiar los elementos físico-químicos de la receta para que se manifiesten determinadas propiedades y se produzcan ciertas transformaciones: creación de espumas, geles, emulsiones y otros sistemas que siguen surgiendo a día de hoy. Los organismos vivos recobran importancia en el proceso de elaboración de numerosos platos ya que sin ellos las fermentaciones no sucederían. 

Fermentos, texturas, enzimas… sin olvidar que tanto los comensales, como los científicos y chefs, buscan el compromiso ético que se tiene al alimentarse y dar de comer hoy en día. Ciencia y cocina también se unen en la búsqueda de nuevas elaboraciones gastronómicas basadas en la reutilización de subproductos y residuos. Restos comunes, como el pan viejo o las borras de café, pueden convertirse en ingredientes de valor con los que elaborar productos gastronómicos en base a técnicas sencillas como la fermentación y la deshidratación. 

Emprendimiento Digital: Cómo se hace el siguiente instagram

El pasado Viernes 8 de Febrero fui invitado a dar una conferencia en Jakin Mina, una serie de conferencias con público objetivo de estudiantes de ESO 4. Decidí hablar de cómo se construye producto digital actualmente, ya que de esta propuesta vi la oportunidad de, (1)  transmitir por un lado, cómo mi pasión se ha convertido en mi trabajo en Grupo INIT, y además, (2) tratar de simplificar en conceptos sencillos un tema tan complejo como es el mundo del software y las nuevas tecnologías.

La conferencia giró en torno a tres ideas fuerza que intenté simplificar:

 

Qué se entiende por Producto Digital

De entre todas las definiciones que localicé sobre Producto Digital, me pareció especialmente sencilla ésta realizada por la web Oleshop:

Un producto digital es un bien no físico elaborado mediante tecnologías de la información y que generalmente sólo puede comprarse, adquirirse o descargarse a través de Internet.

Además, creía necesario reflejar que los productos digitales tienen, en general, un modelo de negocio de casuísticas específicamente digitales. Es decir, gracias a la tecnología, es posible construir modelos de negocio que anteriormente eran imposibles de pensar: economía colaborativa, marketplaces, apps y juegos por menos de 5 euros, etc. Para obtener más información, el libro “Generación de Modelos de Negocio” es un libro que los analiza con gran detalle e interés.

 

Cómo se construye Producto Digital

En torno a esta idea fuerza, creía necesario recalcar tres grandes aprendizajes del sector en los últimos años:

  • El emprendedor, como aquel personaje que se encierra solo y construye él sola una idea que le hace ser millonario de la noche a la mañana, es una idea obsoleta que no corresponde a la realidad actual. La mayor parte del éxito de una empresa es el equipo que lo forma, y la suma de las capacidades que lo componen debe girar principalmente en torno a 3 áreas: UX, Negocio y Diseño.
  • Al ejecutar una idea, todo debe girar en torno al aprendizaje, y a despejar la incertidumbre.
  • El objetivo actual es aprender fallando rápido, y fallando barato. Lo habitual, al explorar una idea, es que esta idea no sea correcta desde el inicio, y por tanto, debemos estar acostumbrados a fallar. Las metodologías ágiles o Lean son metodologías que nos permiten aprender rápidamente si nuestra propuesta de valor, o nuestro modelo de negocio, es erróneo, y nos permite pivotar o modificarla hasta encontrar y descubrir nuestro verdadero encaje en el mercado.

 

Las nuevas oportunidades con las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías nos llevarán a un futuro dentro de 10 o 20 años que solo podemos imaginar levemente en la actualidad. En mi opinión, las tecnologías actuales que más posibilidades tienen de cambiarnos la vida, son:

  • Inteligencia Artificial / Machine Learning: a día de hoy, los ordenadores son capaces de tomar decisiones tan rápido y tan complejas, que nos parecen inteligentes. Estas decisiones se realizan en base a intensos entrenamientos con grandes volúmenes de datos.
  • Realidad Virtual / Aumentada / Mixta: la capacidad de “ponernos unas gafas” y estar en otro mundo, o que a la vida real se le superponga información del mundo virtual, es algo que abrirá nuevas posibilidades en un futuro cercano. El reto aquí es hacer que dichas gafas, móviles o gadgets, puedan ser realmente “vestidos” de forma cómoda, y conectada 100%.
  • Internet de las Cosas / IoT: implica la capacidad de hacer inteligentes cosas ordinarias conectándolas a internet, para que sean controladas de forma remota, o que envíen datos de forma remota. Esto implica que todo será medible y controlable en un futuro cercano.
  • Blockchain: probablemente alejado de la definición real y con algún error, ya que éste no es mi campo, lo expliqué como una  tecnología que permite distribuir transacciones sin intermediarios, gracias a que es distribuida (como una red p2p) y con un alto componente criptográfico.

Gracias a estas tecnologías, e incluso mezclándolas, a día de hoy nos podemos encontrar los conceptos revolucionarios como coches que conducen solos, luces que se controlan mediante la voz, una moneda virtual como el Bitcoin o videojuegos radicalmente diferentes como Pokemon Go.

Conclusiones

Para concluir, reflexioné sobre qué mensajes quería que fueran impregnados en los asistentes, si solo pudieran quedarse con cuatro de ellos. Mi elección fue la siguiente:

  • Me encantaría que la charla haya sido lo suficientemente inspiracional, como animar a revolucionar cualquier sector utilizando como ejemplo cualquiera de las  tecnologías descritas.
  • Pero siempre buscando necesidades reales.
  • Sabiendo que es importante aprender rápido y organizadamente.
  • Y sin buscar ser ricos, solo por intentar crear algo que no existía antes, y mejorar este lugar donde vivimos. 

En twitter tienes el detalle de las diapositivas de la charla: https://twitter.com/itortv/status/1094245154028957696

Gracias a Jakiunde por permitirme participar en esta experiencia, y haber tenido la oportunidad de enviar este mensaje a una audiencia que no está al alcance de mi mano en mi vida diaria.

PONLE CARA A LA ACROMEGALIA/GIGANTISMO. Conferencia Jakin-mina

La acromegalia es una enfermedad producida por una secreción excesiva de hormona de crecimiento, una vez que el crecimiento ha finalizado (acromegalia); cuando ocurre en niños y adolescentes la enfermedad es más visible y se llama gigantismo. En la mayoría de los casos se debe a un tumor hipofisario benigno y, en ocasiones, puede formar parte de un síndrome hereditario, especialmente en edades más jóvenes. Su prevalencia es de 60 casos por millón de habitantes y se considera una enfermedad rara (menos de 5 casos por 10.000 habitantes).

Produce cambios en el aspecto físico (rasgos faciales, crecimiento de manos y pies), alteraciones osteoarticulares, apnea obstructiva del sueño, síndrome del túnel carpiano, diabetes, hipertensión, miocardiopatía, etc. La mortalidad es superior a la de la población general de igual edad y sexo. Un diagnóstico y tratamiento temprano puede controlar los niveles de hormona de crecimiento y reduce tanto la mortalidad como las comorbilidades asociadas.

El retraso en el diagnóstico se estima entre los 5 y 8 años desde el primer síntoma de sospecha. Es por ello que debemos ponerle cara a la acromegalia, en un intento de reducir el tiempo de exposición a la hormona de crecimiento y por tanto, la mortalidad y morbilidad asociada, así como mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad.

Pie de foto: El actor Eneko Sagardoy en el papel de Miguel Joaquín Eleizegui Arteaga (Altzo, Gipuzkoa, 1818-1861), en la película “Handia” sobre el Gigante de Altzo. Talla: 2,42m; calzado nº 63 en el Museo San Telmo de Donostia-San Sebastián.

 

¿CSI o Criminología? Los criminólogos del siglo XXI

Alimentada particularmente por determinadas series televisivas como el “CSI:”, se identifica hoy la profesión criminológica con los especialistas en el análisis de la escena del crimen: profesionales que se enfrentan a un caso concreto con objeto de esclarecer lo sucedido mediante el examen de restos e indicios, y aplicando técnicas sofisticadas, hasta muy avanzadas y espectaculares en el plano experimental.

Ciertamente, la labor de las ciencias forenses, de la criminalística o de la policía científica resulta fundamental para la Administración de justicia: sin ellas difícilmente se puede llevar a juicio a los autores de los delitos más graves y hacer justicia. Sin embargo como insistiera Antonio Beristain, fundador del Instituto Vasco de Criminología (que celebra este Curso su 40 aniversario), el cometido de la Criminología va mucho más allá: se trata de dar respuesta a las demandas sociales sobre la criminalidad y sus efectos.

En nuestras sociedades complejas, la ciudadanía quiere, naturalmente, que los delitos se persigan y se juzguen. Pero, la exigencia ciudadana a los poderes públicos respecto de la criminalidad no se conforma con lo anterior: percibida como un factor generador de alta inseguridad, se reclama también, y no pocas veces en primer lugar, una prevención eficaz. Ahora bien, para intervenir adecuadamente sobre cualquier realidad compleja como es esta, primero hay que conocerla lo mejor posible. Partiendo del análisis de los hechos concretos y de las personas intervinientes (y de los entornos sociales en los que se inscriben), la Criminología busca conocer esa realidad criminal que se resiste a ser estudiada: no sólo debido a la importancia de la cifra negra (volumen de criminalidad que permanece oculto, hasta para la policía), sino hasta por la insuficiente información institucional disponible. Y, como ciencia empírica, aporta las herramientas necesarias para prevenir y tratar la criminalidad en los distintos planos en que esta se presenta.

  • Así, el análisis de los hechos o delitos concretos, cometidos por ciertos individuos en lugares definidos (un barrio, junto a una estación de metro, de tren…) permite construir estrategias de prevención situacional.
  • Por su parte, el estudio de la relación de la delincuencia con determinados contextos o problemas sociales lleva a promover otro tipo de actuaciones preventivas de carácter más general, aunque igualmente necesarias.
  • Además, muchos fenómenos criminales requieren un análisis y tratamiento específico y separado; por poner dos ejemplos, desgraciadamente, de la mayor actualidad: no son lo mismo, ni requieren idéntico abordaje, la violencia de género, la corrupción…
  • Con similar propósito preventivo y de defensa de la sociedad, se preocupa la Criminología de la apropiada intervención (en lo posible, resocializadora) sobre el delincuente.
  • Por último, y no precisamente en importancia, la Criminología no olvida a las víctimas de los hechos criminales, tan necesitadas de asistencia y reparación…

El campo de intervención criminológica abarca, pues, desde la prevención del delito y la criminalidad hasta el tratamiento del delincuente y la asistencia y reparación de las víctimas (y de la sociedad), e incluye también la evaluación de los costes y efectos de las estrategias y programas de intervención, de las penas aplicadas y, en general, de los procesos de criminalización y de victimización. En este amplio marco, la Criminología se presenta como un conocimiento socialmente valioso, al desarrollar el arsenal teórico, metodológico y práctico imprescindible para medir y abordar de manera inteligente, efectiva y justa la realidad criminológica, formulando, junto a hipótesis explicativas de la misma, propuestas preventivas, restaurativas, terapéuticas… Este es el cometido de la tarea profesional y de la investigación criminológica que, por su propia naturaleza, presuponen un intenso trabajo colaborativo, en equipo, para entender e integrar las aportaciones procedentes de otras perspectivas (sociológicas, jurídicas, psicológicas, médicas,…) que se interesan por aspectos particulares de la criminalidad. Sólo así es posible contar con la información imprescindible para que las decisionesconcernientes a la prevención del delito, el tratamiento del delincuente y la restauración de las víctimas tanto las políticas, legislativas, gubernamentales o municipales, como las referidas a un caso individualno se adopten ciegamente o de modo apriorístico, en razón de opciones ideológicas, impresiones o prejuicios, sino seria y racionalmente: esto es, a partir del conocimiento disponible sobre datos procedentes de la realidad.

El cambio de siglo ha traído una transformación radical del profesional criminólogo. Tradicionalmente predominó el “criminólogo funcionario”, dependiente del Ministerio de Interior, de Justicia, de la Administración penitenciaria. Hoy los “nuevos criminólogos” despliegan también su actividad mediante el ejercicio libre de la profesión a través de la consultoría privada o prestando servicios especializados en instancias múltiples. Y es que, al lado de los tradicionales informes criminológicos en asuntos relacionados con la seguridad pública y la administración de justicia o penitenciaria, son tantas las necesidades de conocimiento criminológico…; pensemos en la prevención local y comunitaria de la delincuencia, en el “nuevo” espacio victimológico; o en la ejecución de las nuevas sanciones penales (como el trabajo en beneficio de la comunidad) que no pocas veces demandan el diseño e implementación de programas a proponer a las correspondientes instituciones; y en las empresas y entidades, que pueden quedar exentas de responsabilidad criminal si cuentan con programas de cumplimiento, elaborados sobre auditorías criminológicas… Se subraya asimismo, y cada vez más, el papel del profesional criminólogo en el mundo de la comunicación, que tanto influye en nuestra percepción de la (in)seguridad, así como en la educación, por la positiva contribución que los programas criminológicos preventivos y restaurativos aportan en el aprendizaje de la prevención de conductas violentas (y, en general, de los conflictos) entre menores y jóvenes.

Como sucede con las profesiones “nuevas”, otros profesionales asumen todavía unas intervenciones que competen propiamente a los formados en Criminología. Ahora bien, la competencia y buen hacer de los nuevos criminólogos, pondrá pronto de relieve lo indispensable de los estudios en Criminología para la adquisición de los conocimientos y aptitudes requeridos para estas tareas profesionales, tan relevantes y específicas. Se hará entonces realidad el sueño premonitorio de Sherman (1998), para quien, en este siglo XXI, la penetración de la Criminología en la vida cotidiana llevará a la colaboración de los criminólogos con las más variadas instancias y agentes, institucionales, sociales, económicos…

Conferencia Jakin-mina: La aventura de los instrumentos musicales

El ser humano comenzó a experimentar el sonido con su propio organismo, ya sea mediante el canto, el silbido o la percusión corporal. Cuando fue desarrollando herramientas para ayudarse en diversas acciones, ideó asimismo artefactos para producir sonido de manera externa y estos son los instrumentos musicales. Así, descubrió las posibilidades acústicas de cuerdas y membranas tensas, de objetos rígidos entrechocados o de tubos y cavidades sonoras puestas en resonancia. De ahí fueron derivando las familias instrumentales actuales: de cuerda, de viento, de membrana o de elementos rígidos, llamados modernamente idiófonos; las dos últimas conforman la familia tradicional de la percusión.

La utilidad primordial de los primeros instrumentos se concibió de manera más funcional que artística. Por ejemplo, algunos fueron diseñados para la emisión de señales de aviso, práctica habitual en el uso militar de los instrumentos de embocadura o tipo trompeta. En otras ocasiones, pese a sus posibilidades sonoras, su uso estaba subordinado a una finalidad ritual, como parece ser el caso de las liras bovinas del milenio III a.C. encontradas en Mesopotamia, en las Tumbas Reales de Ur, de las que La Figura 1 muestra un ejemplo.

Figura 1. Lira bovina sumeria reconstruida (c.2600 a.C., The British Museum, Londres)

En lo que respecta a los instrumentos europeos, no es hasta el s.XVI cuando podemos hacernos una idea más precisa de sus posibilidades sonoras. Ello se debe a la escasez de ejemplares conservados con anterioridad y de partituras con indicaciones detalladas de su ejecución. Así, incluso la música instrumental medieval la conocemos por medio de aproximaciones. Es a partir de ese momento cuando se ha ido definiendo la tradición occidental, con composiciones para instrumentos solistas, grupos de cámara, orquesta y conjuntos diversos que han conformado el repertorio. El célebre cuadro de Caravaggio de la Figura 2 muestra diversos instrumentos característicos de esta tradición occidental: el laúd, el violín, la flauta de pico y el pequeño clave (espineta).

Figura 2. Michelangelo Merisi da CARAVAGGIO (1571-1610): El tocador de laúd (c.1596, Wildenstein Collection, NY)

No obstante, la aventura de los instrumentos musicales no se ha quedado solo en estos logros excelsos, sino que a ellos es oportuno añadir el refinamiento sonoro alcanzado en culturas como Irán, India o China. Por otra parte, no hay que olvidar el extraordinario desarrollo del canto, el instrumento natural del ser humano, practicado en todo el mundo en innumerables variedades de estilo. De todas ellas, el canto lírico es para Europa el más representativo, caracterizado por el uso de resonadores naturales para lograr una proyección sonora capaz de llenar un teatro.

Esta sucinta mención histórica es preciso concluirla con al menos una mera mención a los instrumentos electrófonos. Llevan ya décadas de desarrollo y, sin duda, van a constituir las herramientas primordiales para la generación de sonido en el futuro.

Polímeros, Materiales y otros temas. 1-. Introducción

No cabe duda de que los polímeros o plásticos, en el lenguaje más tecnológico o común, han llegado a ocupar un puesto importante en nuestra sociedad. En la actualidad, los polímeros se han hecho indispensables en campos tan diversos como la salud, el transporte, la construcción, el deporte, la agricultura o la energía. Entre sus contribuciones más recientes están las pantallas flexibles, las membranas poliméricas para plantas potabilizadoras, polímeros compuestos para aviación, polímeros en el arte, polímeros en biomedicina, fibras sintéticas poliméricas para ropa deportiva, solo por citar algunos ejemplos y sin citar marcas conocidas del mercado. Hoy en día, su consumo es de alrededor de 100 kg/habitante/año y representan cerca del 3% del PIB. A nivel mundial, el que haya un mercado tan importante se pone de manifiesto por el gran número de ferias específicas, como la Feria “K”  de Dusseldorf, dedicada a los plásticos y caucho, de carácter trianual. A título comparativo, en el año 2016 contó con 232.000 visitantes profesionales, mientras que el Mobile World Congress en Barcelona, el número de visitantes fue de 101.000.

A nivel científico, desde los descubrimientos de Hermann Staundinger en la síntesis de polímeros (denominados inicialmente macromoléculas), pasando por las investigaciones que condujeron al conocimiento de los principios fundamentales que gobiernan la formación, estructura y comportamiento de los polímeros “mas comerciales”, hasta el desarrollo de sus aplicaciones, en el campo de los polímeros ha habido contribuciones científicas tan relevantes que han conducido a la consecución de 5 Premios Nobel en “Polímeros”, el primero en 1953 a Hermann Staudinger. Desde sus comienzos, la actividad investigadora a nivel mundial ha sido extraordinaria. Uno de los principales indicadores de su importancia es el alto número de revistas especializadas, más de 100,  y su alta calidad. Un ejemplo es la revista Progress in Polymer Science con un factor de impacto (IF) de 25, 8.

Debido a sus características intrínsecas, bajo precio, abundancia de materias primas, más ligeros que otros materiales, fácil fabricación y transformación, capacidad para integrar otros materiales, bajo consumo energético, etc. y del relativo profundo conocimiento que se tiene de ellos, el crecimiento de los polímeros sigue aumentado, aproximadamente un 6,5% anual, dependiendo de si es un país desarrollado o en vías de serlo. Tres son los campos en los que se espera una gran demanda de polímeros en el futuro, como Materiales Compuestos, Biomateriales y en Nanotecnologia (ver Figura). En sucesivas entradas, desarrollaré un poco más cada uno de estos campos. En el horizonte no parece que haya ningún material que cumpla todas las especificaciones anteriores y que le pueda hacer la competencia por lo que no se prevé cambios de crecimiento importantes que no sean puntuales. No cabe duda de que, precisamente, por el gran consumo de plásticos, existe una gran acumulación de los mismos que daña nuestro Planeta por lo que hay que pensar y “actuar” sobre el uso racional de los mismos y su reciclado. Merece la pena recordar que “microplásticos”  ha sido el término más empleado en el año 2018, a nivel mundial. Otro día, hablaremos de ellos.

A nivel de conocimiento científico, por su gran complejidad estructural, todavía no hay una teoría general que prediga el comportamiento de un polímero en función de su estructura. Se necesitan modelos “realistas” que simulen la estructura y las propiedades de una macromolécula y técnicas muy sofisticadas que permitan profundizar en el conocimiento de la estructura de los mismos. Fenómenos como la adhesión, la dinámica molecular o el comportamiento reológico, de incluso los polímeros más sencillos, están lejos de poder ser interpretados y constituyen retos importantes.

En comparación con los materiales metálicos o cerámicos, la ciencia y tecnología de los polímeros es mucho más reciente. A nivel mundial, este año se cumple un siglo de la aparición de los primeros plásticos, las bakelitas. Las primeras fábricas de plásticos y caucho que se instalaron fueron la Seda de Barcelona (1925) y en el País Vasco las multinacionales Firestone (1932), Michelin (1934), Unquinesa (1939);  luego denominada Dow-Unquinesa; Solvay (1949), Ceplástica (1950), REPOSA (1955), FORMICA (1964). Desde entonces, se han creado numerosas industrias de producción y transformación de plásticos y se han instalado numerosas multinacionales llegando a concentrar casi el 50% de la industria química de nuestro país.

A nivel científico, hace aproximadamente 70 años se creó el primer departamento dedicado al estudio de los plásticos dentro del Instituto de Química Alonso Barba del CSIC, en Madrid. Desde entonces se han creado dos grandes centros de investigación específicos de Polímeros, en el País Vasco y en Madrid, y muchos grupos  de investigación en prácticamente todas las facultades y escuelas de ingeniería repartidas por toda la geografía española, dedicados exclusivamente a la ciencia de los polímeros, desde el estudio de la síntesis de nuevos polímeros, hasta la transformación de los mismos. Es una realidad que la Comunidad Vasca ha sido y es pionera en el desarrollo tecnológico de nuevos materiales y de materiales más convencionales como el hierro, el acero, los plásticos, etc., y que cuenta con numerosos científicos y profesionales reconocidos a nivel internacional. Además, no cabe duda de que los desarrollos científico-tecnológicos en polímeros y en nuevos materiales en general,  generan una considerable producción científica y se pueden considerar una fuente de progreso económico y social, en continua competencia otras comunidades y otros países. Por ello, parece lógico pensar que si el País Vasco quiere mantener el liderazgo del desarrollo industrial y de los avances científicos en el campo de los polímeros y de los nuevos materiales, surja el siguiente desafío: ¿cómo competir por mantener el liderazgo en el desarrollo de nuevos materiales? Hay muchas vías para conseguirlo, seguiremos hablando en posteriores entradas.

 

Mayo del 68 y el feminismo: cincuenta años después

Se celebraba el pasado 9 de octubre en Donostia una interesante jornada promovida por Jakiunde (Academia de las Ciencias, las Artes y las Letras de Euskal Herria), el Museo San Telmo y la Biblioteca de la UPV/EHU en Donostia.  Coordinada por la antropóloga Teresa del Valle de la UPV/EHU, pretendía dar continuidad al programa de Memorias Feministas I iniciado el año pasado. A la conferencia inaugural de  Françoise Pick siguió una mesa redonda con Pilar Folguera, Marina Subirats y Mariasun Landa moderada por Jakeline Baker coordinadora de Jakiunde.

El punto de partida era coincidente para todas las que tomamos parte en la jornada: el movimiento feminista fue una de las mayores contribuciones de aquel Mayo del 68. Los cincuenta años transcurridos y la actualidad y fuerza que ha cobrado en estos últimos años lo atestiguan.

Para comprender Mayo del 68 tendríamos que aludir a tres perspectivas convergentes: la primera, delimita las ocho semanas de revuelta parisina, la segunda cubriría una docena de años que situaría a mayo del 68 como epicentro de una gran mutación cultural y social como un continuumde los  sesenta, y la tercera, debería poner el acento sobre el contexto internacional, político y cultural de los sixties, en el que Le fond de l’air est rouge  según el título de un film (1977) del cineasta Chris Marker.

Françoise Pick de la Universidad Paris-Dauphine,subrayó el hecho de que el fuerte movimiento feminista francés fue heredero del movimiento político del 68 mientras cuestionaba el modelo revolucionario del que provenía.  En aquel contexto revolucionario las mujeres tomaron conciencia de su situación marginal  y se rebelaron. Casi podemos decir que junto a la ecología son los grandes legados que dejó Mayo del 68 en nuestras vidas. La organización del movimiento de mujeres y su militantismo a favor de un nuevo feminismo ayudó a la modernización de la sociedad, a la adaptación a los tiempos de las relaciones entre hombre y mujeres poniendo en cuestión radicalmente las desigualdades y logrando un nivel de equilibrio más satisfactorio aunque en absoluto perfecto. Hoy en día, el feminismo en Francia conoce un nuevo resurgimiento en torno a nuevos desafíos que llegan a cuestionar antiguos paradigmas. Se hace patente la influencia del feminismo americano y su  enraizamiento en las universidades. Françoise Pick se refería a la teoría queer  que no sólo pone en cuestión  la dominación masculina y las relaciones entre hombres y mujeres, sino que cuestiona radicalmente la diferencia de sexos.

Como bien destacó Pilar Folguera, historiadora de la UAM, algunos autores han hablado de  una “Revolución Mundial del 68”, aludiendo con ello a algunas  de las características de los emergentes feminismos que surgen a partir de Mayo del 68 en América Latina y África. También en muchos de esos lugares surgen nuevas organizaciones impulsando  movimientos de mujeres y feministas  con planteamientos anticapitalistas  y antipatriarcales y definiendo  múltiples feminismos de carácter  comunitario, negro, popular e indígena. Pero el patriarcado es también una configuración interior, que impone una mentalidad, un sistema de valores y de comportamientos a las propias mujeres que han asumido, a partir de su nacimiento, los mensajes que les han sido transmitidos y que las han constituido como personas sexuadas.

Por eso Marina Subirats, socióloga de la UAB,  expuso sus reflexiones aludiendo al hecho de que mayo del 68 ofreció un conjunto de instrumentos que permitieron a las mujeres deshacerse de la socialización que se les había transmitido, les permitió pensar y actuar desde “otro lugar”, distinto al que imponía la cultura androcéntrica. Lo que Marina denominó como “soltarse el corsé”.Con alusiones a  la aparición de la Mística de la Feminidad y el Women’s Lib, las aportaciones del Mayo francés y los comienzos del feminismo en Cataluña ya en los años setenta.

Mi aportación al tema pretendió abordar la cuestión de una forma más subjetiva aludiendo al París que conocí al llegar en octubre de 1968 y hacerlo tomando como eje el libro autobiográfico que escribí 40 años más tarde: La fiesta en la habitación de al lado (Erein 2008). La fiesta de la palabra, de la liberación del cuerpo, de la ilusión y de la utopía que perduraron durante aquellos primeros años de los 70 tal y como pude comprobarlo personalmente en la universidad. Precisamente, en los años 70 nace en Francia el Movimiento de Liberación de las Mujeres (MLF), con acciones tan novedosas y eficaces como el Manifiesto a favor de la legalización del aborto en 1970 firmado por 343 reconocidas mujeres: Simone de Beauvoir, Catherine Deneuve, Giselle Halimi, Jeanne Moreau, Marguerite Duras… En 1974 la la ley Veil aprobaba el aborto en Francia.

Sin olvidar, también,  la emigración española femenina en París en los años 60-70, los miles de mujeres que como bonnes a tout faire(sirvientas) o concierges(porteras) abundaban tanto en las acomodadas familias parisinas y de cuya relevancia en la economía española parece haberse olvidado todo el mundo.

Con todas sus contradicciones y altibajos, aquel Mayo del 68 abrió puertas y ventanas a todas las mujeres, nada fue igual y eso es ya mucho.

Merece la pena destacar que, en la Biblioteca del Centro Carlos Santamaría de la UPV/EHU de Donostia, está instalada una interesante exposición sobre Feminismo y Mayo del 68 que permanecerá abierta hasta Diciembre.

Publicado en «DIARIO VASCO 12 DE NOVIEMBRE DE 2018»

 

Juicio de inconstitucionalidad y régimen de mayorías en el seno del Tribunal Constitucional: apuntes para una necesaria reconsideración

Para la toma de determinadas decisiones fundamentales en muchos ámbitos tanto de la esfera pública como privada es frecuente que no baste con que los votos favorables superen a los votos contrarios, sino que se requieran mayorías especiales o cualificadas de alcance diverso.

Dejando al margen, entre otros, el régimen de mayorías en el ámbito societario –que, como es sabido, depende no sólo del tipo de acuerdo a adoptar, sino también del capital social representado–, ejemplo privilegiado de lo anterior es el propio texto constitucional donde en múltiples supuestos se reclama la mayoría absoluta (mitad más uno de los votos), llegándose a la exigencia del voto de 3/5 para la propuesta de determinados nombramientos (miembros del Consejo General del Poder Judicial –art.122.3– y magistrados del Tribunal Constitucional: art. 159.1) o de 3/5 o, en su caso, 2/3 para la reforma constitucional (art. 167 y 168).

Prescindiendo de lo que puedan suscitar algunos casos particulares, lo anterior se tiene por correcto pues resulta razonable que las decisiones de mayor alcance y trascendencia para la convivencia gocen del más amplio respaldo para resultar efectivas y vinculantes.

También en el marco del funcionamiento del propio Tribunal Constitucional, integrado por doce magistrados, se establece la necesidad de determinadas mayorías especiales: así y entre otros, conforme a lo dispuesto por los arts. 23.2 y 24 de la Ley Orgánica 2/1979, se exige el voto favorable de las tres cuartas partes de los miembros del Tribunal reunido en Pleno, para decretar el cese de un magistrado -por dejar de atender con diligencia los deberes de su cargo, por violar la reserva propia de su función o por haber sido declarado responsable civilmente por dolo o condenado por delito doloso o por culpa grave- o para suspenderlo, medida previa aplicable “en caso de procesamiento o por el tiempo indispensable para resolver sobre la concurrencia de alguna de las causas de cese”.

Sin embargo, no es esta la regla en lo referido a la (in)constitucionalidad de las leyes, donde rige la norma general del art. 90: adopción de las decisiones por voto (secreto) favorable de la mayoría de los magistrados participantes en la deliberación, decidiendo en caso de empate el voto dirimente de la Presidencia. Con independencia de que los discrepantes puedan dejar reflejada su posición en voto particular, siempre que la hayan defendido en el curso de la deliberación, esto lleva a que pueda ser total o parcialmente declarado inconstitucional un Estatuto de Autonomía y, en general, cualquier texto legal (tanto de las Cortes Generales como de cualquier Parlamento autonómico) cuando persisten las controversias en el seno del Tribunal y sin que las sólidas y desarrolladas argumentaciones en torno a su conformidad o no con la Constitución hayan permitido llegar a una conclusión no ya incuestionada, sino al menos con el respaldo de una sólida y convincente mayoría. No pocas veces, en efecto, la lectura de la sentencia pone de manifiesto cómo, frente a la opinión mayoritaria, que entiende insostenible cualquier interpretación conforme con la Constitución, los votos particulares de los magistrados discrepantes -sin reconstruir la norma en contra de su sentido evidente, ni asumir una función de legislador positivo que en ningún caso corresponde al TC (STC 14/2015)- mantienen contundentes razones en defensa de la conformidad de la disposición impugnada con los mandatos constitucionales (STC 185/2014), que no son propiamente rebatidas en los fundamentos jurídicos de la sentencia.

Poco o nada coherente resulta lo anterior con el “lugar destacado” que, en el despliegue del control constitucional de las leyes, debe alcanzar la presunción de constitucionalidad (STC 49/2008), la cual, como el propio Tribunal Constitucional recuerda repetidamente, obliga a “apurar todas las posibilidades de interpretar los preceptos de conformidad con la Constitución y declarar tan sólo la derogación de aquellos cuya incompatibilidad con ella resulte indudable” (STC 14/2015).

Ciertamente, el principio de presunción de constitucionalidad se vería mejor servido si se evitara la declaración de inconstitucionalidad por el voto dirimente de la presidencia, que, como reconoce la doctrina, constituyó una novedad en el Derecho español y no se acepta en los sistemas de mayor tradición. También sería más razonable, y conforme con aquel principio, impedir la declaración de inconstitucionalidad en caso de duda razonable: y esta viene a ser la situación cuando, frente a la mayoría, un número relevante de magistrados continúa defendiendo que, de las varias interpretaciones posibles, existe al menos una que se ajusta a la Constitución. Conviene, además, tener en cuenta que para la constitución del pleno (o de las secciones) basta con la presencia de 2/3 de los miembros (en el caso del Pleno, bastarían 8 magistrados) y es sobre los participantes en la deliberación como se computa la regla de mayoría del art. 90, que admite el voto de calidad de la presidencia para dirimir los empates.

En este orden de cosas, podría resultar útil la experiencia de otros ámbitos jurídicos, que ha llevado a establecer diferentes niveles de mayorías atendiendo a la gravedad y trascendencia del sentido de la decisión. Así, y salvando las distancias, en materia penal el jurado –integrado, junto al Magistrado presidente, por nueve personas (art. 2.1)–no puede decidir sobre la culpabilidad del reo por simple mayoría. La Ley Orgánica 5/1995 exige para la declaración de los hechos como probados “siete votos, al menos, cuando fuesen contrarios al acusado, y cinco votos, cuando fuesen favorables” (art. 59.1); y el mismo criterio se sigue para la votación sobre culpabilidad o inculpabilidad: mayoría absoluta (5 votos) para establecer la inculpabilidad y al menos “siete votos para establecer la culpabilidad” (art. 60.2).

Aun cuando no sea algo necesariamente extendido en el Derecho Comparado, a nadie se le ocultan los muchos beneficios que, en el plano interinstitucional y en la vida política española, podrían derivar de una decisión en este sentido.

Parecería, por ello, muy oportuno (yo diría que hasta necesario), considerar una reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional dirigida no sólo a eliminar el voto de calidad, sino igualmente a elevar la mayoría exigida para la declaración de inconstitucionalidad, asegurando una suficiente distancia entre los votos favorables a la inconstitucionalidad y los contrarios. Así, sin perjuicio de que para certificar la conformidad constitucional pudiera bastar con lo dispuesto por el art. 90, siguiendo el ejemplo de los arts. 23.2 y 24, la mayoría especial o cualificada para declarar la inconstitucionalidad podría elevarse a los tres cuartos de los miembros participantes en la deliberación. Una exigencia esta de tres cuartos que garantizaría, para terminar, hasta en los supuestos de quórum menos abundante, que al menos la mitad de los magistrados del Tribunal Constitucional tuvieran que defender la inconstitucionalidad total o parcial del correspondiente texto legal para que esta pudiera incorporarse al fallo y, por tanto, declararse.

El caso contra la educación, una reseña

Existe un amplio consenso social y político en relación con la importancia de la educación. Está considerada un eficaz mecanismo en pro de la igualdad y una fuerza promotora del cosmopolitismo. También pensamos que es la mejor forma de promover la igualdad de oportunidades. Todos pensamos que cuanta más gente con educación de alto nivel haya, más productiva será la economía y mejor funcionará la sociedad.

Pero hay quienes no comparten esas opiniones. Keneth Arrow y Michael Spence, ganadores del Nobel de Economía en los setenta del pasado siglo, propusieron que la razón por la que la gente con más años de formación gana más dinero no es solo que hayan adquirido mayores capacidades y conocimiento, sino que el título que han adquirido es una señal informativa destinada a los empleadores. Y un libro recién publicado (The case against education, por Bryan Caplan) ha recogido y analizado un gran volumen de datos al respecto. La tesis que sostiene el autor es que solo una pequeña parte del plus salarial de los titulados superiores se justifica por el conocimiento y capacidades que adquieren en sus estudios.

Caplan sostiene que la educación inútil es ubicua. Afecta a todo tipo de carreras. En todas se estudian contenidos que no se utilizan nunca, tanto en disciplinas eminentemente teóricas como en las de índole práctica y de base muy cuantitativa. La abundante literatura empírica que analiza el efecto de la educación sobre los ingresos parece contradecir ese punto de vista, pero solo en apariencia, según Caplan, ya que el bonus salarial podría no ser debido a un mayor nivel formativo, sino a una mayor inteligencia; al fin y al cabo, ambas variables están fuertemente correlacionadas.

Bryan Caplan hace uso de tres líneas de investigación para desarrollar su tesis. Recopila, por un lado, información relativa a la magnitud de lo que se olvida tras haber sido estudiado. Cinco años después de haber estudiado una lengua extranjera o geometría se olvida la mitad de lo aprendido si no se hace uso de ello. Solo la mitad de los que completan estudios secundarios alcanzan niveles de conocimiento intermedios o superiores en materias cuantitativas básicas; y aunque la mayor parte de ellos han cursado varias asignaturas de ciencias, menos de una tercera parte sabe que un átomo es mayor que un electrón.

Frente a esos datos suele argumentarse que aunque los estudiantes olvidan lo estudiado, aprenden a aprender y a pensar críticamente. Sin embargo, la capacidad para resolver problemas haciendo uso del conocimiento cuantitativo adquirido es, al parecer, muy dependiente del contexto. Y aunque es cierto que el cociente de inteligencia (IQ) se puede elevar hasta en 5 puntos tras varios años de estudio, es posible que lo aprendido sirva para responder de forma adecuada a los tests de inteligencia; el IQ es, al fin y al cabo, un indicador del factor g, la inteligencia genuina y es posible que esta no cambie con la formación. A esa constancia obedecería el hecho de que las mejoras en las tareas cognitivas para las que se aprende no se suelen trasladar a otras tareas.

Por otro lado, Caplan cree que una buena educación puede mejorar capacidades no-cognitivas que son deseables para el desempeño de un trabajo, como son la extroversión y la amabilidad, cualidades deseables en muchos trabajos de cuello blanco. También es posible que la educación dé acceso a trabajos con compañeros más capacitados, de manera que el efecto combinado de la mayor capacidad de los compañeros sea erróneamente atribuida el efecto de la formación recibida. Pero ninguna de estas razones suelen esgrimirse por quienes defienden los beneficios que proporciona la educación.

Caplan sostiene que la educación cumple una función de señalización (signaling) en el sentido de que un título, más que acreditar unos conocimientos o capacidades útiles, lo que hace es proporcionar a los empleadores otro tipo de información que les resulta útil. El dato más sólido a favor de esa idea es el denominado efecto pergamino (sheepskin effect), en virtud del cual el grueso de los beneficios de la educación se obtienen solo tras cursar el último año y obtener el diploma o título (el “pergamino”). Si fuese el grado de formación alcanzado lo que determina el nivel de ingresos, tal nivel debería ser proporcional a los años cursados con éxito. Sin embargo, la obtención de un título proporciona unos ingresos desproporcionadamente superiores. Aunque el efecto se observa también en niveles preuniversitarios, en los grados universitarios se observa que cada año cursado aporta un incremento de ingresos del 6%, pero el último año (y el título) proporcionan un 30% más de ingresos. La importancia del diploma radicaría, entonces, en que el hecho de no terminar un grado es una señal de falta de ética, de diligencia o de otros rasgos considerados valiosos para los empleadores.

Por último, Caplan argumenta que si el nivel de formación de la población es un factor positivo para la economía de un país, ese efecto debería manifestarse a nivel global. Sin embargo, la comparación entre el beneficio relativo que reporta a los individuos el obtener un título universitario y el que obtiene un país por el hecho de tener más o menos personas tituladas no permite llegar a esa conclusión. Un año más en promedio de formación en la población de un país solo eleva un 1,3% los ingresos del conjunto de la población; al parecer lo que ocurre es que los que carecen de títulos ingresan menos en proporción. En otras palabras, los “mejor educados” (con el correspondiente título) ganan más a costa de los “menos educados” (sin título). No es un juego de suma cero, pero le anda cerca.

Estoy seguro de que hay muy buenos argumentos en contra de la tesis de Caplan. Pero creo que merece la pena que se analicen los suyos (basados en datos) con rigor, porque de ellos se pueden derivar interesantes conclusiones. Quizás habría que empezar a pensar en estudios universitarios organizados de acuerdo con un sistema diferente de acreditación de conocimientos y capacidades, un sistema más flexible que, en vez de proporcionar un título al acabar un número preestablecido de cursos, acredite logros por etapas. Lo estamos haciendo ya con algunos títulos propios en las universidades, pero quizás deberíamos ensayar el modelo con los estudios oficiales.

Y si resulta que del debate de sus tesis llegamos a la conclusión de que son erradas, nuestros argumentos saldrán reforzados del contraste.

 

Ficha

Autor: Bryan Caplan

Filiación: George Mason University

Título: The Case Against Education-Why the Education System Is a Waste of Time and Money

Editorial: Princeton University Press, Princeton y Oxford.

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